Cuando escuchamos hablar de microprocesadores basados en ARM pensamos inmediatamente en el procesador Silicon de Apple. Es justo decir que no fue la primera compañía en moverse hacia esta tecnología, Microsoft ya trabajaba con Qualcomm en el diseño de estos chips para sus ordenadores con Windows OEM y en 2012 habían sacado a la venta el Microsoft Surface RT. En la actualidad se encuentra en el mercado el Microsoft Surface Pro X el cual no ha tenido el éxito esperado, primeramente porque las aplicaciones aún no funcionan de manera nativa y segundo porque su estabilidad ha sido cuestionada; como comenta The Verge: “el desempeño ha sido errático y la duración de la batería decepcionante”.

Según Jean-Louis Gassée en su artículo Apple Silicon: The Passing of Wintel, el éxito en la exhibición del procesador basado en ARM A12Z con el Mac mini durante la conferencia WWDC y el empeño de Microsoft en mejorar sus dispositivos Surface con ARM puede alentar a otros fabricantes como HP, DELL, ASUS y otros a seguir esta corriente en busca de ordenadores con mejor índice rendimiento-consumo energético.

De cumplirse la predicción esto conllevará a un alejamiento con Intel a largo plazo, pues es imposible desmontar de la noche a la mañana la vasta estructura de ordenadores Windows basado en Intel. Seguramente este conservará el mercado de los procesadores para servidores exactamente como sucedió con los chips PowerPC cuando Apple los sacó de su estructura, pero de ser necesario el gigante tecnológico puede adaptarse a la situación y comprar licencias para sacar al mercado sus propios chips basados en ARM y mantener su presencia en el mercado de los ordenadores personales.

Actualmente las principales compañías tecnológicas se mueven en sentido de romper sus esquemas para mantener la competitividad de sus productos y no perder cuota de mercado.

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